El invierno trae consigo un revival que pisa fuerte en las calles y redes sociales: la boina, ese clásico que supo coronar cabezas de actrices francesas, artistas y amantes del estilo retro, vuelve a marcar tendencia. Este accesorio, que fue símbolo de los años ‘90, se reinventa en la temporada actual con una impronta sofisticada y ecléctica que permite llevarlo con múltiples estilos.
Lo interesante de esta pieza es su versatilidad. Puede acompañar un look de día con tapados oversize, camisas blancas y pantalones sastreros; o sumarse a un estilismo nocturno con vestidos de punto, maquillaje glow y botas altas. La clave está en elegir la textura y el color adecuados para cada conjunto.
Entre las favoritas de este invierno se destacan las boinas de lana cocida, paño suave y cuero vegano, en tonos clásicos y elegantes como negro, borgoña, camel, gris grafito y off white. Estas opciones permiten combinarlas tanto con atuendos neutros como con prendas más audaces.
La boina, aunque nacida de una estética retro-romántica, se adapta con facilidad a diferentes corrientes de la moda actual: puede adquirir un aire rocker, integrarse a un look minimalista o sumar un toque sporty, según las prendas con las que se la combine.
¿Buscás un estilo ladylike? Apostá por una boina con trench, labios rojos y aritos dorados. ¿Preferís algo más casual? Llevála con campera inflable, joggers de punto y zapatillas urbanas. Incluso podés sumar accesorios que realcen su presencia, como una bufanda llamativa o un collar largo si tu outfit es monocromo.
A nivel beauty, el complemento se luce aún más si se lo acompaña con un peinado simple como ondas suaves, un rodete bajo o un lacio impecable. El maquillaje ideal incluye delineados marcados, cejas definidas y una piel luminosa, en sintonía con la elegancia del conjunto.
Sí, esta temporada, la boina no solo vuelve: se adueña de la escena.